El pasado 17 de abril falleció nuestro compañero y amigo Juan Luis González, tras una larga enfermedad. Compañero que fundó el Rojo y Negro y también el Libre Pensamiento. Pertenecía entonces al sindicato de Sanidad de Málaga y se presentó para Secretario General de la CNT-CGT en el XI Congreso Confederal. Persona de gran capacidad y compromiso militante que aportó en otro tiempo innumerables cosas al devenir de nuestra organización. ¡Hasta siempre compañero, que la tierra te sea leve!
A continuación, reproducimos una entrevista publicada en Rojo y Negro y un artículo que él mismo escribió para Libre Pensamiento.
Entrevista a Juan Luis González publicada en el Rojo y Negro nº 275, enero de 2014
“No soy un tío brillante, considero que todo ha sido más cuestión de romanticismo y tenacidad”
A continuación, reproducimos una entrevista publicada en Rojo y Negro y un artículo que él mismo escribió para Libre Pensamiento.
Entrevista a Juan Luis González publicada en el Rojo y Negro nº 275, enero de 2014
“No soy un tío brillante, considero que todo ha sido más cuestión de romanticismo y tenacidad”
Juan Luis protagonizó hitos en la organización como la autoría de una ponencia sobre representatividad sindical que proponía la disolución de los Comités de Empresa y sustituirlos, mediante elecciones sindicales, por las Secciones Sindicales y que en el VI Congreso celebrado en 1983 se impone por sólo 2 votos. En enero de 1984 publica los 3 números de la I Época de Rojo y Negro, que sirvió de catalizador de los sindicatos “aperturistas” de la CNT-AIT. En el Congreso Extraordinario de Unificación (IX Congreso Confederal) celebrado en 1984 elabora la ponencia de Estrategia Sindical del Sindicato de Sanidad de Málaga, que sirvió de ponencia base del Congreso y fue aprobada por aclamación. En diciembre 1987 se traslada a Madrid y dirige el Rojo y Negro en su II Época, como órgano de expresión de la CNT (15 números de 1987 a 1989). Unos pocos meses después funda la revista Libre Pensamiento, de la que dirige cinco números (1988-89). Se presenta a Secretario General en el XI Congreso celebrado en diciembre de 1989, dentro de la candidatura que plantea la renovación y reunificación del anarcosindicalismo desde una perspectiva ética y libertaria. Por cuatro votos se aprueban cambios relevantes en los estatutos que suponen la desaparación de la práctica anarcosindicalista, ante este hecho Juan Luis retira su candidatura. Al año siguiente, tras la frustante decepción de la experiencia del Congreso y consciente de que los estatutos aprobados suponen la politización y burocratización de la CGT, inicia un largo camino al olvido.
¿Cómo llegas al anarcosindicalismo, cómo ha sido tu militancia y qué te supuso dejar la organización a la que estuviste ligado tan intensamente?
Es curioso porque somos cinco hermanos varones y tres nos afiliamos, en los primeros años de la Transición, a la CNT. Mi acercamiento al anarquismo fue teórico, leo textos de Marx y Bakunin y me decanto por la ideología libertaria, me influyó mucho Ricardo Mella. Al tiempo mantengo una militancia activa en el Movimiento de Objetores de Conciencia y mis primeras luchas sociales están relacionadas con el antimilitarismo. Me afilio a la CNT después de la manifestación del 1º de Mayo de 1977 en Málaga y en 1978 constituyo la Sección Sindical de la CNT de los Hospitales Civil y Psiquiátrico, de la que fui Secretario General, y ahí comienza mi militancia. Poco tiempo después participo en la constitución de la federación andaluza de la Federación Anarquista Ibérica (FARA-FAI). A mí siempre me ha gustado más escribir que ocupar cargos, pero en aquellos tiempos había que dar la cara y yo ponía la pluma al servicio de la organización, primero en la CNT y después en la CGT. Siempre me ha gustado compaginar la militancia con otras actividades, especialmente escribir y a veces se me reprochaba que militaba a fases, se me ha denominado “militante guadiana”, y se ha llegado a utilizar como arma arrojadiza. Nunca he querido ser un profesional del sindicalismo y aunque siempre he sido un militante más de ideas, de acción y de hacer discursos más que de copar cargos, el liderazgo, en el sindicato me llevaron a la Secretaría General de la F.L. de Málaga y en 1980 a la S.G. de Andalucía, con posteridad desempeño el cargo de secretario de comunicación e imagen confederal, el de director de Rojo y Negro y llego a presentarme a candidato a la Secretaría General de la organización. Respecto al anarcosindicalismo he ido evolucionado hacia posiciones aperturistas. También he sido un hombre de acción, pero no violento sino de imaginación, por ejemplo, tengo un gran recuerdo de los hechos que me tocaron vivir a raíz de la toma del Consulado francés en Málaga, que realizamos con motivo de la campaña que exigía la libertad de los presos del caso Scala. Estoy convencido de que por lo menos el 60% de lo que soy ahora como persona y como profesional se ha forjado en la idea libertaria y en esa vida militante. Para mí fue muy frustrante la decisión que tomé, que me llevó a alejarme de la organización hasta el punto de que ya no acudí a ninguna reunión más. Cuando yo considero que debo retirar mi candidatura a S.G. en plena celebración del XI Congreso, consciente de que los estatutos aprobados cavan la tumba de una organización libertaria, mi decisión no se entendió y núnca se me ha perdonado. Sólo pude consultar con los otros miembros de la candidatura y lamentablemente no pude hacerlo con toda la gente que me apoyaba. A partir de ese momento yo devuelvo las horas sindicales a mi sindicato e inicio un largo camino a los infiernos de la soledad y el olvido. Me quedé muy tocado, ya que en mi caso se aliaron varias circunstancias personales que hicieron que lo viviera como algo especialmente duro. Después de pasado el tiempo sigo considerando que la decisión que tomé no fue un error. Paso varios años alejado de la militancia y en 1998 participo en la legalización, junto a un antiguo militante de la CSUT, de la Sección Sindical de CGT en el Hopital Clínico San Carlos de Madrid donde trabajaba. Pero decido darme de baja de la CGT en el año 2006 hastiado de comprobar que las luchas intestinas se repetían, en este caso en el seno del sindicato de sanidad de Madrid, y que acaban nuevamente en una escisión.
¿Qué opinión te merece el sindicalismo y anarcosindicalismo de la actualidad?
El sindicalismo tal y como se entiende hoy está acabado, me refiero a la práctica mayoritaria. Tengo mis dudas en aplicar esta afirmación al anarcosindicalismo. Un sindicato que se mueve en base a personas liberadas profesionales crea un funcionariado y esa burocracia tiende a imponer sus intereses. Esa organización no puede conectar con la clase trabajadora y los movimientos sociales. No me opongo a las personas liberadas, yo he estado liberado, yo me refiero a cuando te conviertes en un profesional del sindicalismo y tus intereses ya no están en la empresa de donde saliste sino que están en otro lado. Lo que sí es verdad es que para mí los principios y las bases de la CGT siguen siendo las mismas de mis ideas de joven y ese sindicalismo es viable y tiene un papel hoy.
Eres el autor y fundador de las cabeceras Rojo y Negro y Libre Pensamiento
Tengo que mencionar a Carlos Peña, que es la otra cara de la etapa en la que ocupé la dirección de Rojo y Negro y Libre Pensamiento. Los orígenes de RyN se sitúan en enero de 1984 en Málaga. Por acuerdo unánime de los sindicatos aperturistas de la Federación Local, los fondos obtenidos con mucho sudor en la Feria se dedicaron a publicar los 3 números de la I Época de RyN, que sirvió de catalizador de los sindicatos “aperturistas” de la CNT-AIT. Unos años después, en diciembre de 1987, con la idea de dotar a la organización de un órgano de expresión del que estaba huérfano, acepto trasladarme a Madrid con esa misión. Hubo varias propuestas para el nombre de la cabecera del órgano de prensa confederal, pero al final la organización aprobó el de Rojo y Negro. Se publica el nº 0 de Rojo y Negro en su II Época, como órgano de expresión de la CNT, y durante 15 números (1987-89) dirijo la publicación. Respecto a la revista Libre Pensamiento la fundo, junto a Carlos Peña, en mayo de 1988 para encauzar el debate confederal precongresual, llegando a dirigir 5 números (1988-89).
¿Cómo ves la prensa en general y la sindical y anarcosindicalista?
La prensa burguesa siempre nos ha sido adversa. Yo la que más conozco es El País y quiero recordar que ese medio fue también responsable del ocaso de la CNT, debido al nefasto papel informativo que realizó en su momento sobre el caso Scala, participó, junto con otros medios, en la criminalización de la CNT. Igual que entonces ahora también criminalizan, he mandado recientemente una carta a El País, que me han publicado, contestando a la afirmación de que los autores de los explosivos de La Almudena y El Pilar son grupos anarquistas terroristas que imitan a Al Qaeda. En estos momentos la prensa convencional la veo peor que nunca, su calidad se ha visto muy afectada por la crisis económica, se han cerrado muchos medios y realizado miles de despidos. Respecto a los medios alternativos los veo muy vivos, como siempre llenos de vida, pero no hay como en otros tiempos un discurso claro, porque todos los discursos se han venido abajo, yo creo que hoy la militancia tiene más mérito, entonces lo teníamos muy claro, hoy no hay utopía clara. RyN ha seguido una evolución lógica y normal, me ha gustado más o menos según qué épocas, respecto a Libre Pensamiento me produce orgullo comprobar que es un lujo como está editada, pero veo su contenido demasiado intelectual y encuentro difícil que llegue a las personas trabajadoras.
Tu opinión sobre el movimiento libertario
Las ideas anarquistas en la actualidad están, probablemente, más vigentes que nunca. Pero quiero añadir que en estos momentos no hay ninguna opción libertaría con relevancia y prestigiada en la sociedad que sea capaz de influir en la gente. Lo libertario tendría futuro si pasa por un posicionamiento claro y coordinado de las distintas organizaciones que se reclaman libertarias, incluyo a sindicatos, colectivos, grupos…, y que conflu- yeran en un movimiento que tuviera un discurso coherente y crítico ante la sociedad. Que pasaría por una autocrítica, donde realizaran una renovación interna junto a una evaluación de sus estructuras y organización, replanteándose las formas actuales de organización y abandonando prácticas más propias de una Iglesia, si hubiera ese planteamiento creo que un movimiento así tiene todo el futuro. Algo tiene que haber, si no es anarquista lo será de otra manera. Confrontar las ideas de los teóricos con la realidad y construir un nuevo discurso, puedes cambiar el nombre de las cosas pero mantener su esencia, como los conceptos de la acción directa, autogestión, solidaridad…, esos son los mimbres que forman el pensamiento libertario y que, por cierto, son los mismos del movimiento 15M.
¿Qué nos puedes decir de la situación actual?
Vivimos una situación de pudredumbre, no es por la crisis por lo que estamos así es que la derecha ha aprovechado la situación para llevar adelante todos sus plantes, lo que siempre han querido hacer. Como ejemplo, que me toca muy de cerca, es el caso de los hospitales de Madrid que se construyeron para ser privatizados. Con las acciones del Gobierno lo que está sucediendo es que volvemos a los tiempos en los que sólo había personas ricas y pobres, sin más matices. Está ocurriendo una invo- lución en todas las facetas, no sólo en la económica, por ejemplo la Ley del Aborto no tiene nada que ver con la crisis económica. Lamentablemente la respuesta social no está articulada. Falta un pensamiento finalista para que nos cuestionemos el sistema y tomemos la inciativa. Las organizaciones son muy importantes, qué importancia tendría hoy que existiera algo como la FAI, gente que estuviera dando un discurso y una organización a la gente que no ve ninguna salida en las organizaciones actuales que están en el Parlamento. Hasta ahora las acciones son de respuesta pero falta el pensamiento finalista, además de responder por qué no miramos algo más lejos, por qué no nos cuestionamos el sistema, pero es difícil tomar la iniciativa sin un discurso y una organización.
Entrevista a Juan Luis González publicada en el Rojo y Negro nº 275, enero de 2014
“No soy un tío brillante, considero que todo ha sido más cuestión de romanticismo y tenacidad”
Juan Luis protagonizó hitos en la organización como la autoría de una ponencia sobre representatividad sindical que proponía la disolución de los Comités de Empresa y sustituirlos, mediante elecciones sindicales, por las Secciones Sindicales y que en el VI Congreso celebrado en 1983 se impone por sólo 2 votos. En enero de 1984 publica los 3 números de la I Época de Rojo y Negro, que sirvió de catalizador de los sindicatos “aperturistas” de la CNT-AIT. En el Congreso Extraordinario de Unificación (IX Congreso Confederal) celebrado en 1984 elabora la ponencia de Estrategia Sindical del Sindicato de Sanidad de Málaga, que sirvió de ponencia base del Congreso y fue aprobada por aclamación. En diciembre 1987 se traslada a Madrid y dirige el Rojo y Negro en su II Época, como órgano de expresión de la CNT (15 números de 1987 a 1989). Unos pocos meses después funda la revista Libre Pensamiento, de la que dirige cinco números (1988-89). Se presenta a Secretario General en el XI Congreso celebrado en diciembre de 1989, dentro de la candidatura que plantea la renovación y reunificación del anarcosindicalismo desde una perspectiva ética y libertaria. Por cuatro votos se aprueban cambios relevantes en los estatutos que suponen la desaparación de la práctica anarcosindicalista, ante este hecho Juan Luis retira su candidatura. Al año siguiente, tras la frustante decepción de la experiencia del Congreso y consciente de que los estatutos aprobados suponen la politización y burocratización de la CGT, inicia un largo camino al olvido.
¿Cómo llegas al anarcosindicalismo, cómo ha sido tu militancia y qué te supuso dejar la organización a la que estuviste ligado tan intensamente?
Es curioso porque somos cinco hermanos varones y tres nos afiliamos, en los primeros años de la Transición, a la CNT. Mi acercamiento al anarquismo fue teórico, leo textos de Marx y Bakunin y me decanto por la ideología libertaria, me influyó mucho Ricardo Mella. Al tiempo mantengo una militancia activa en el Movimiento de Objetores de Conciencia y mis primeras luchas sociales están relacionadas con el antimilitarismo. Me afilio a la CNT después de la manifestación del 1º de Mayo de 1977 en Málaga y en 1978 constituyo la Sección Sindical de la CNT de los Hospitales Civil y Psiquiátrico, de la que fui Secretario General, y ahí comienza mi militancia. Poco tiempo después participo en la constitución de la federación andaluza de la Federación Anarquista Ibérica (FARA-FAI). A mí siempre me ha gustado más escribir que ocupar cargos, pero en aquellos tiempos había que dar la cara y yo ponía la pluma al servicio de la organización, primero en la CNT y después en la CGT. Siempre me ha gustado compaginar la militancia con otras actividades, especialmente escribir y a veces se me reprochaba que militaba a fases, se me ha denominado “militante guadiana”, y se ha llegado a utilizar como arma arrojadiza. Nunca he querido ser un profesional del sindicalismo y aunque siempre he sido un militante más de ideas, de acción y de hacer discursos más que de copar cargos, el liderazgo, en el sindicato me llevaron a la Secretaría General de la F.L. de Málaga y en 1980 a la S.G. de Andalucía, con posteridad desempeño el cargo de secretario de comunicación e imagen confederal, el de director de Rojo y Negro y llego a presentarme a candidato a la Secretaría General de la organización. Respecto al anarcosindicalismo he ido evolucionado hacia posiciones aperturistas. También he sido un hombre de acción, pero no violento sino de imaginación, por ejemplo, tengo un gran recuerdo de los hechos que me tocaron vivir a raíz de la toma del Consulado francés en Málaga, que realizamos con motivo de la campaña que exigía la libertad de los presos del caso Scala. Estoy convencido de que por lo menos el 60% de lo que soy ahora como persona y como profesional se ha forjado en la idea libertaria y en esa vida militante. Para mí fue muy frustrante la decisión que tomé, que me llevó a alejarme de la organización hasta el punto de que ya no acudí a ninguna reunión más. Cuando yo considero que debo retirar mi candidatura a S.G. en plena celebración del XI Congreso, consciente de que los estatutos aprobados cavan la tumba de una organización libertaria, mi decisión no se entendió y núnca se me ha perdonado. Sólo pude consultar con los otros miembros de la candidatura y lamentablemente no pude hacerlo con toda la gente que me apoyaba. A partir de ese momento yo devuelvo las horas sindicales a mi sindicato e inicio un largo camino a los infiernos de la soledad y el olvido. Me quedé muy tocado, ya que en mi caso se aliaron varias circunstancias personales que hicieron que lo viviera como algo especialmente duro. Después de pasado el tiempo sigo considerando que la decisión que tomé no fue un error. Paso varios años alejado de la militancia y en 1998 participo en la legalización, junto a un antiguo militante de la CSUT, de la Sección Sindical de CGT en el Hopital Clínico San Carlos de Madrid donde trabajaba. Pero decido darme de baja de la CGT en el año 2006 hastiado de comprobar que las luchas intestinas se repetían, en este caso en el seno del sindicato de sanidad de Madrid, y que acaban nuevamente en una escisión.
¿Qué opinión te merece el sindicalismo y anarcosindicalismo de la actualidad?
El sindicalismo tal y como se entiende hoy está acabado, me refiero a la práctica mayoritaria. Tengo mis dudas en aplicar esta afirmación al anarcosindicalismo. Un sindicato que se mueve en base a personas liberadas profesionales crea un funcionariado y esa burocracia tiende a imponer sus intereses. Esa organización no puede conectar con la clase trabajadora y los movimientos sociales. No me opongo a las personas liberadas, yo he estado liberado, yo me refiero a cuando te conviertes en un profesional del sindicalismo y tus intereses ya no están en la empresa de donde saliste sino que están en otro lado. Lo que sí es verdad es que para mí los principios y las bases de la CGT siguen siendo las mismas de mis ideas de joven y ese sindicalismo es viable y tiene un papel hoy.
Eres el autor y fundador de las cabeceras Rojo y Negro y Libre Pensamiento
Tengo que mencionar a Carlos Peña, que es la otra cara de la etapa en la que ocupé la dirección de Rojo y Negro y Libre Pensamiento. Los orígenes de RyN se sitúan en enero de 1984 en Málaga. Por acuerdo unánime de los sindicatos aperturistas de la Federación Local, los fondos obtenidos con mucho sudor en la Feria se dedicaron a publicar los 3 números de la I Época de RyN, que sirvió de catalizador de los sindicatos “aperturistas” de la CNT-AIT. Unos años después, en diciembre de 1987, con la idea de dotar a la organización de un órgano de expresión del que estaba huérfano, acepto trasladarme a Madrid con esa misión. Hubo varias propuestas para el nombre de la cabecera del órgano de prensa confederal, pero al final la organización aprobó el de Rojo y Negro. Se publica el nº 0 de Rojo y Negro en su II Época, como órgano de expresión de la CNT, y durante 15 números (1987-89) dirijo la publicación. Respecto a la revista Libre Pensamiento la fundo, junto a Carlos Peña, en mayo de 1988 para encauzar el debate confederal precongresual, llegando a dirigir 5 números (1988-89).
¿Cómo ves la prensa en general y la sindical y anarcosindicalista?
La prensa burguesa siempre nos ha sido adversa. Yo la que más conozco es El País y quiero recordar que ese medio fue también responsable del ocaso de la CNT, debido al nefasto papel informativo que realizó en su momento sobre el caso Scala, participó, junto con otros medios, en la criminalización de la CNT. Igual que entonces ahora también criminalizan, he mandado recientemente una carta a El País, que me han publicado, contestando a la afirmación de que los autores de los explosivos de La Almudena y El Pilar son grupos anarquistas terroristas que imitan a Al Qaeda. En estos momentos la prensa convencional la veo peor que nunca, su calidad se ha visto muy afectada por la crisis económica, se han cerrado muchos medios y realizado miles de despidos. Respecto a los medios alternativos los veo muy vivos, como siempre llenos de vida, pero no hay como en otros tiempos un discurso claro, porque todos los discursos se han venido abajo, yo creo que hoy la militancia tiene más mérito, entonces lo teníamos muy claro, hoy no hay utopía clara. RyN ha seguido una evolución lógica y normal, me ha gustado más o menos según qué épocas, respecto a Libre Pensamiento me produce orgullo comprobar que es un lujo como está editada, pero veo su contenido demasiado intelectual y encuentro difícil que llegue a las personas trabajadoras.
Tu opinión sobre el movimiento libertario
Las ideas anarquistas en la actualidad están, probablemente, más vigentes que nunca. Pero quiero añadir que en estos momentos no hay ninguna opción libertaría con relevancia y prestigiada en la sociedad que sea capaz de influir en la gente. Lo libertario tendría futuro si pasa por un posicionamiento claro y coordinado de las distintas organizaciones que se reclaman libertarias, incluyo a sindicatos, colectivos, grupos…, y que conflu- yeran en un movimiento que tuviera un discurso coherente y crítico ante la sociedad. Que pasaría por una autocrítica, donde realizaran una renovación interna junto a una evaluación de sus estructuras y organización, replanteándose las formas actuales de organización y abandonando prácticas más propias de una Iglesia, si hubiera ese planteamiento creo que un movimiento así tiene todo el futuro. Algo tiene que haber, si no es anarquista lo será de otra manera. Confrontar las ideas de los teóricos con la realidad y construir un nuevo discurso, puedes cambiar el nombre de las cosas pero mantener su esencia, como los conceptos de la acción directa, autogestión, solidaridad…, esos son los mimbres que forman el pensamiento libertario y que, por cierto, son los mismos del movimiento 15M.
¿Qué nos puedes decir de la situación actual?
Vivimos una situación de pudredumbre, no es por la crisis por lo que estamos así es que la derecha ha aprovechado la situación para llevar adelante todos sus plantes, lo que siempre han querido hacer. Como ejemplo, que me toca muy de cerca, es el caso de los hospitales de Madrid que se construyeron para ser privatizados. Con las acciones del Gobierno lo que está sucediendo es que volvemos a los tiempos en los que sólo había personas ricas y pobres, sin más matices. Está ocurriendo una invo- lución en todas las facetas, no sólo en la económica, por ejemplo la Ley del Aborto no tiene nada que ver con la crisis económica. Lamentablemente la respuesta social no está articulada. Falta un pensamiento finalista para que nos cuestionemos el sistema y tomemos la inciativa. Las organizaciones son muy importantes, qué importancia tendría hoy que existiera algo como la FAI, gente que estuviera dando un discurso y una organización a la gente que no ve ninguna salida en las organizaciones actuales que están en el Parlamento. Hasta ahora las acciones son de respuesta pero falta el pensamiento finalista, además de responder por qué no miramos algo más lejos, por qué no nos cuestionamos el sistema, pero es difícil tomar la iniciativa sin un discurso y una organización.
¿Qué supone la profesión de sanitario, la docencia, las publicaciones?
Recupero mi profesión de sanitario a los 33 años. Empiezo a luchar y a estudiar, voy pasando por todas las facetas de un ATS y por diversos puestos de trabajo como quirófanos, urgencias traumatológicas, cateterismos cardíacos…, y en la defensa de los pacientes y de la sanidad pública. En un momento me veo escribiendo sobre temas profesionales y todo ese esfuerzo se traduce en una gran satisfacción. He publicado artículos científicos y capítulos de libros docentes y científicos. Participo en la docencia como Profesor Asociado en Ciencias de la Salud de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), donde creo en 2009 la asignatura obligatoria del Grado en Enfermería ‘Productos Sanitarios’, he realizado conferencias y ponencias en eventos científicos. También soy miembro de sociedades científicas y de Grupos Nacionales de Expertos en Terapia Intravenosa. En la actualidad soy Coordinador de Enfermería de Recursos Materiales del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, desde donde he elaborado cientos de informes técnicos de evaluación de tecnologías y productos sanitarios, al mismo tiempo continúo trabajando activamente en proyectos científicos como la elaboración de un estudio que demuestra la mayor durabilidad de un catéter cerrado de mi invención y que sólo en mi hospital supone un ahorro de 780.000 euros anuales, esta Tesis Doctoral sobre terapia IV basada en un ensayo clínico con 1.200 pacientes la acaban de publicar en el Journal of Hospital Infection y espero poder presentar en la UCM próximamente.
Sobre la literatura en general y la poesía en particular, publicaciones y premios
No haber podido dedicar más tiempo a escribir va a ser una de mis frustraciones. Para mí la poesía ha tenido una gran importancia. En el colegio tuve un profesor que nos hacía leer y nos repartió libros de poesía de la Generación del 27 y a mí me tocó Vicente Aleixandre. Leí el libro y me emocionó de tal manera que yo quise escribir. Formé parte de un grupo literario, que nos presentábamos a premios y nos publicaron varios libros. Pensaba que una vez jubilado sería el mejor momento para escribir novela y poesía, porque cuando ya has vivido es cuando puedes interpretar y por tanto mejor puedes escribir, pero no lo voy a poder hacer, no voy a tener tiempo.
¿Deseas añadir algo más?
Lo mío ha sido tenacidad y esfuerzo. No soy el tío brillante, puedo ser buen líder para tirar para adelante, todo ha sido más cuestión de romanticismo y tenacidad. Siempre me había cuestionado si había hecho bien en mi trayectoria militante, si no sería un perdedor. Pero a partir de mi enfermedad he empezado a tener contacto con compañeras y compañeros de militancia que hacía muchos años que no trataba, en algunos casos hasta 30, y me dicen que yo tenía razón, que la supuesta tercera vía sindical, en la que cabía todo y a la que me enfrenté dentro de la organización, no era el proyecto correcto. La gente que me quiere me dice que el tiempo me ha dado la razón, que en la CGT ha prevalecido nuestra propuesta del XI Congreso, cuando algunos quisieron aprovechar el cambio de siglas para refundar una nueva organización libre de clichés anarquistas, y que el proyecto por el que luché entonces sigue siendo el actual de la CGT, donde se mantiene la idea libertaria. En la CNT he conocido a gente maravillosa y la CGT sigue siendo el fondo social de siempre. En la vida he seguido mis propias decisiones y he hecho lo que he querido. Cuando estás ya enterrado es cuando eres muy bueno, pero en vida es tan difícil que la gente te lo diga, porque estamos en la disputa y lamentablemente la vida a veces no deja de ser una selva. Pues bien, yo ahora estoy viviendo en vida lo que otra gente no ha podido disfrutar cuando estaba viva. Yo miro para atrás y estoy absolutamente satisfecho, estoy orgulloso de que la vida, en lo fundamental, no me ha cambiado, estoy muy contento de haber sido fiel a mí mismo.
Gabinete de Prensa Confederal de la CGT
Artículo de Juan Luis con motivo del 25 aniversario de LP, publicado en el Libre Pensamiento nº 75
Juan Luís González López
Fundador de Libre Pensamiento y Director de los 5 primeros números
Mayo 1988 – Diciembre 1989
La publicación en mayo del 88 del nº 1 de Libre Pensamiento, no fue un brindis al sol ni un homenaje al Mayo francés, aunque lo representara sin quererlo. Surgió más bien como respuesta a una demanda de información y debate de la militancia confederal de aquellos turbulentos años, y como culminación de la misión que nos llevó a Carlos y a mí de Málaga a Madrid en un viaje que aún andamos transitando.
De siempre se me había dado bien escribir (recuerdo que en los sectores más inmovilistas de la CNT-AIT se me trataba de descalificar llamándome el poeta; lástima de prejuicios) y Carlos nunca ha dejado de ser ese viejo anarquista autodidacta del siglo XIX trasladado a nuestros días, que ponía el papel impreso para que otros pudieran expresarse en libertad. Desde que coincidimos años atrás, habíamos colaborado en distintos proyectos editoriales en el sindicato de Sanidad de Málaga y, a primeros de los 80, en el Comité Regional de Andalucía de la CNT-AIT.
Cuando, tras el Congreso Extraordinario de Torrejón, el Comité Nacional de la CNT-AIT comenzó la caza de brujas de los sindicatos “aperturistas” que reclamaban la unificación de la CNT, escindida en dos (CNT-AIT y CNT-Congreso de Valencia) desde el V Congreso de la Casa de Campo, entendimos que era precisa una publicación que sirviera de aglutinador en medio del caos de agresiones, libelos y expulsiones. Por acuerdo unánime de los sindicatos aperturistas de la Federación Local de Málaga, los fondos proporcionales obtenidos con mucho sudor en la Feria, se dedicaron a publicar los 3 números de la 1ª época de Rojo y Negro que sirvió de catalizador de los sindicatos “aperturistas” de la CNT-AIT y valedor de la Conferencia Nacional de Sindicatos de la CNT-AIT celebrada en Colmenar Viejo (Madrid) los días 24 y 25 de marzo de 1984, que dio paso al Congreso de Unificación de Julio de 1984 donde fue elegido Secretario General Pepe March.
En 1987, March me escribió ofreciéndome un puesto como Secretario de Información e Imagen en la candidatura de renovación que pensaba presentar en el X Congreso. Las circunstancias personales y la idea de dotar a la organización de un órgano de expresión del que seguía huérfano, me llevaron a aceptar la aventura, con el apoyo de los compañeros del sindicato del comité de empresa del Hospital Civil al que pertenecía, aceptando posteriormente la organización traerse a Carlos para ayudarme a hacer realidad el proyecto. En diciembre de ese mismo año publicamos el nº 0 de la II Época de Rojo y Negro, esta vez como órgano de expresión de la CNT/CGT. Sin embargo, vivíamos tiempos turbulentos. Junto a un crecimiento y consolidación evidente de la organización surgida del Congreso de Unificación de 1984, el 7 de abril de 1989 el Tribunal Supremo otorgaba las históricas siglas al sector más inmovilista y ortodoxo organizado en CNT-AIT, obligando con ello a un cambio de siglas que algunos quisieron aprovechar para refundar una nueva organización que, libre de clichés libertarios, pudiera hacer confluir a todo el espectro de la izquierda radical, en lo que el tiempo ha demostrado que se trató, ahora sí, de un brindis al sol.
En ese contexto, para evitar que las tensiones y debates internos socavaran la organización trasladándose a los centros de trabajo por medio de las páginas de Rojo y Negro o los rumores interesados, hace 25 años, se publicó el nº 1 de Libre Pensamiento que entonces tenía como subtítulo TALLER Ð DEBATE CONFEDERAL. Aquel primer número dedicó su dossier interior al tema Presente y futuro del anarcosindicalismo. El Taller de debate se presentaba en un cuadernillo central, en papel coloreado, de modo que se pudiera coleccionar extrayéndolo de la revista. Como ocurriera antes con Rojo y Negro, el nombre de Libre Pensamiento surgió de mi cosecha y el diseño de la cabecera, que ningún director ha cambiado en 75 números, era de Carlos Peña García, que aún hoy continúa buscándose la vida en el diseño gráfico de Madrid, editando el periódico de las Asambleas de barrio del Movimiento 15-M. Aún recuerdo las madrugadas compartidas en el local de Calle Sagunto, cada uno en su guerra, yo con la máquina de escribir para ir sacando los artículos y Carlos con los programas de edición en inglés Pagemaker y Venturi para maquetar cada número.
La Reseña que servía de presentación y editorial al primer nº de Lp decía:
“Lp nace con vocación de libertad, debate y teorización, de polémica y pacífica confrontación de pareceres. Lp ve la luz con ánimo también de ser altavoz del sentir de los compañeros y compañeras de a pié que, sin participación directa en las estructuras federales de la Organización, precisan de una tribuna donde poder expresarse, porque todos tenemos algo que decir.
Intentaremos que Lp sea reflejo de esa amalgama de ideas y proyectos que hoy es la Confederación, el sindicalismo autónomo y el pensamiento antiautoritario en general.
Lp será taller experimental abierto a todas las reflexiones sin tabúes ni miedos, a todos los planteamientos serios aunque novedosos, a todos y todas los hombres y mujeres de pensamiento libre.
Libre Pensamiento será lo que queráis que sea.
La Redacción.”
Sin embargo, pese a todos los esfuerzos por el debate y el consenso, en el XI Congreso 47 sindicatos impusieron por 4 votos un cambio de estatutos a los otros 62 sindicatos, introduciendo en los estatutos de la CGT conceptos tan extraños como liberados asalariados, corrientes de opinión, votos proporcionales en Plenarias, doble militancia, democracia representativa, izquierda sindical, comisión de conflictos, etc. Y, como no estábamos dispuestos a hacer del sindicalismo la profesión con que ganarnos la vida, ni hacer política en la organización o acabar por dividirla, dejamos que la vida nos colocara en otra parte. Y, aunque la Confederación se ha desgajado y desangrado por no saber reconocerlo, colocarte en otra parte no tiene por qué colocarte al otro lado de la barricada.
Probablemente, aunque fuera el primero, he sido el director más breve de la revista. En total alcanzamos a editar en dos años 5 números de Lp y 15 números de Rojo y Negro. Con la paulatina incorporación de colaboradores, el equipo de LP acabó formado en esa primera época por Chon Allué, Angel Pomares, Lola Valera, Daniel Barcala, Cristina Pistolesi, Carlos Peña y yo mismo, ninguno de los cuales pudo continuar en el proyecto tras el congreso.
Así surgió Libre Pensamiento pero, sobre aquellas bases, la revista se ha ido desarrollando en otras manos durante todos estos años. Como sabíamos desde un principio y escribí en el artículo que abría el nº 1 (Recetas para un debate libertario), publicar Lp era “engendrar algo que ya no será la idea primigenia, sino fruto de ésta y de la tierra que la recibe en sí y la transforma”. Nosotros pusimos la semilla, no recogimos sus frutos.
70 números después, he podido ojear algunos de los últimos números y, en lo que se refiere a su forma, me agrada comprobar que se mantiene la histórica y bellísima cabecera de Carlos; también que dispone de una magnífica presentación con un cuidado diseño y la utilización de las últimas tecnologías de diseño gráfico, de las que no disponíamos entonces. Aunque se ha eliminado el subtítulo de la cabecera (entiendo que son otros tiempos), cambiado por el de “Papeles de reflexión y debate”, que considero adecuado, se ha mantenido el dossier (antes taller) interior monográfico. No comparto sin embargo la idea de incluir el logo de la CGT, alineando institucionalmente la revista. Es como poner coto al libre pensamiento cuando su objetivo debe ser precisamente hacer pensar y concienciar dentro y fuera de las siglas. Puesto que su director lo elige el congreso, no encuentro tampoco razón a su servidumbre de una secretaría del C. Confederal.
Sobre su contenido, con el que puedo estar más o menos de acuerdo o en desacuerdo, no diré más que está bastante cuidado y es rico, profundo y variado, aunque echo en falta la opinión de los lectores, la participación de esos compañeros y compañeras de a pié para los que nació la revista. Existía desde un principio el riesgo de caer en un elitismo que diera la espalda a la realidad, a las inquietudes y necesidades reales de la militancia de base, de sus propios lectores y de la sociedad en general, más grave aún en estos negros momentos de involución social que atravesamos. Puede ser una mera impresión personal, pero no me parece que sea una publicación que lean muchos afiliados de la CGT, o las bases de los movimientos sociales de hoy día (15M, desahucios, marea verde, marea blanca, etc.). De hecho, parece tener más posibilidades de convertirse en una revista de culto que en agitador de conciencias. Como consecuencia de esa falta de participación y de la sinergia que ésta genera, la revista parece haberse convertido en una revista más de análisis intelectual que de denuncia de la actual situación política, económica y social, donde parece primar el análisis ideológico y el adoctrinamiento vanguardista sobre debate.
Sin embargo, en la presentación de la revista colgada en la web, bajo el título “¿Qué es LP?”, he podido leer: “…que pretende abordarlos con la actitud de búsqueda propia de quien es consciente de que sus convicciones y certezas suscitan más preguntas que respuestas. (…) Libre Pensamiento quiere ser una publicación a través de la cual la C.G.T. piensa sobre sí misma, contando para ello con materiales propios y ajenos. Pero pensándose a la luz pública, de modo que esa reflexión se pueda convertir en polo de atracción y apertura.”…
De ser esto así, tanto Carlos como yo podemos sentirnos satisfechos: los objetivos que nos trajeron a Madrid se habrían cumplido. Si no, siempre nos quedará pensar que a fin de cuentas, 25 años después, Lp es y será lo que queráis que sea.
Salud y libre pensamiento.