Grato auditorio que escuchas al payador anarquista, no hagas a un lado la vista con cierta expresión de horror, que si al decirte quién somos vuelve a tu faz la alegría, en nombre de la Anarquía te saludo con amor.
Somos los que defendemos un ideal de justicia que no encierra en sí codicia ni egoismo no ambiciones el ideal tan cantado por los Reclus y los Grave, los Salvochea y los Faure, los Kropotkin y Proudhon.
Grato auditorio que escuchas al payador anarquista, no hagas a un lado la vista con cierta expresión de horror, que si al decirte quién somos vuelve a tu faz la alegría, en nombre de la Anarquía te saludo con amor.
Somos los que defendemos un ideal de justicia que no encierra en sí codicia ni egoismo no ambiciones el ideal tan cantado por los Reclus y los Grave, los Salvochea y los Faure, los Kropotkin y Proudhon.
Grato auditorio que escuchas al payador anarquista, no hagas a un lado la vista con cierta expresión de horror, que si al decirte quién somos vuelve a tu faz la alegría, en nombre de la Anarquía te saludo con amor.
Somos los que defendemos un ideal de justicia que no encierra en sí codicia ni egoismo no ambiciones el ideal tan cantado por los Reclus y los Grave, los Salvochea y los Faure, los Kropotkin y Proudhon.
Somos los que propagamos la libertad verdadera detestamos las fronteras porque indican opresión, y por eso procuramos que toda la masa obrera no reconozca fronteras y viva en completa unión.
Somos lo que combatimos las mentiras patrioteras, que provocan la desgracia de toda la humanidad, porque son la ruina entera son las que engendran la guerra sembrando en toda la tierra la miseria y la orfandad.
Somos los que aborrecemos a todos lo militares, por ser todos criminales defensores del burgués, porque asesinan al pueblo sin fijarse de antemano que asesinan a sus hermanos, padres e hijos, tal vez.
Somos los que despreciamos las religiones farsantes, por ser ellas las causantes de la ignorancia mundial, sus ministros son ladrones, sus dioses una mentira, y todos comen de arriba en nombre de su moral.
Somos los que procuramos la destrucción del dinero, por ser éste el que al obrero le priva del bienestar, porque cayendo el dinero, caerá la burguesía, y reinará la armonía, la paz y libertad.
Somos los que protestamos contra las autoridades, por ser de la libertades el sempiterno panteón, y nosotros, defensores de una ideal tan sublime, que todo aquello que oprime buscamos la destrucción.
Somos, en fin, la vanguardia del gran ejercito obrero, que se despierta altanero del sueño que adormeció, que, despreciando gobierno, capital y religiones, alza por fin sus pendones por su reivindicación.