El objetivo de estas jornadas era iniciar un proceso de debate sobre cómo debe afrontar la CGT la situación de crisis globalizada y abrir este debate a organizaciones y/o colectivos que nos puedan acompañar en esta lucha, dotándonos de argumentos y elementos de análisis que refuercen la respuesta por parte de la clase obrera a los continuos ataques a los que nos vemos sometidos por parte del sistema capitalista.
Las Jornadas arrancaban a las seis de la tarde del viernes 27, corriendo la presentación a cargo de Jacinto Ceacero, Secretario General de CGT, y Teresa Bote, Secretaria General de CGT Madrid-Castilla La Mancha, que insistieron en la idea de que con estas Jornadas pretendemos combatir la sensación de que no se puede hacer nada contra la crisis. «CGT, como organización, tiene una responsabilidad que debemos asumir», manifestó Ceacero, para quien nuestro sindicato tiene la obligación de «estar presente y aportar su visión combativa». La idea de base es que los trabajadores no son culpables de esta crisis, por lo que no deben ser los que paguen sus consecuencias. Ambos cargos confederales hicieron énfasis en la necesidad de establecer un punto de encuentro con otras organizaciones para batirnos con el capital desde un frente amplio, uno de los objetivos de estas Jornadas.
A continuación, tuvo lugar la mesa redonda «¿De qué crisis hablamos ? Y quién la va a pagar.», punto de partida de las Jornadas y, por lo tanto, de tema más amplio y teórico, base a partir de la cual la crisis sería desglosada en sus distintos aspectos al día siguiente. Presentó la mesa Helena Herrera, Secretaria General de CGT Illes Balears, en la que intervinieron Carlos Taibo (profesor de la UAM), Ramón Fernández Durán (Ecologistas en Acción), Rafael Cid (periodista y escritor) y Carlos Prieto (Universidad Nómada).
Fernández Durán sostuvo que la crisis ante la que estamos es un cúmulo de muchas crisis interrelacionadas (de recursos, estatal…), en las que ha sido clave el crecimiento espectacular de lo financiero en años anteriores, que coincidió con una época de energía barata hasta el año 2004. En los últimos tiempos, esa burbuja financiera está estallando, y en esto ha influido, cómo no, el alza de los precios del petróleo. La crisis se manifestó en una desconexión entre la macroeconomía (caida de los precios financieros e inmobiliarios) y la economía real (subida acentuada en los precios que afectan a la gente de la calle : transporte, alimentos…), lo que hace que quien sufra los efectos de la crisis sea la clase trabajadora, como siempre, pese a que no es responsable de esta crisis. Según Fernández Durán, vamos a asistir a una caida de las estructuras del poder (estructuras financieras, empresas transnacionales y estructuras estatales, pues el Estado ha salido en defensa de las otras dos y va a sufrir también los efectos). Veremos una etapa de «decrecimiento económico sin fondo y sin fin». Éste es un problema enorme que va a generar grandes conflictos, pero que también nos va a proporcionar grandes oportunidades (pues nosotros luchamos contra esas estructuras). «Éste es el terreno en el que nos vamos a tener que mover», concluyó Durán, que en este aspecto se mostró optimista si sabemos aprovecharlo.
Rafael Cid centró su intervención en torno a dos vectores : la crisis que sale en los periódicos (la del «centro financiero mundial») y los efectos en el Estado español. Según Cid, EE.UU. entraba en recesión a principios de este siglo, e intentó una huida hacia adelante sacando de la chistera una «especie de Keynesianismo militar». No funcionó, y ahora estamos ante un nuevo intento de colar lo mismo, lo que no tiene mucho sentido, puesto que ha fallado antes. Por nuestra parte, pues, ha llegado el momento de cambiar las reglas del juego, pero además acabando de una vez por todas con esa idea que nos quieren vender de que existe un «capitalismo popular». Cid abordó también la cuestión de la escisión existente entre lo público y lo privado, en un intento por parte del poder de desmontar lo poco que queda del Estado del Bienestar, hasta el momento, de manera prácticamente impune, pues hay poca contestación a la pretensión de introducir en lo público los conceptos de máximo beneficio y mínimo coste. Rafael Cid insistió también en la idea de que la crisis la pagan los de siempre, «pero esta vez ya de una forma paradigmática […]. Hay que ver quién la produce y en qué contexto». Según Cid, «vamos a un nivel de control más alto y en unas condiciones de vida más bajas». «Nos encontramos ante otro 11-S», concluyó.
Carlos Taibo comenzó su turno desmontando la extendida pretensión de comparar esta crisis con el Crack del 29, pues piensa que en este caso tal comparación se queda muy corta. De hecho, según Taibo, estamos ante tres crisis : una crisis del capitalismo global, unas consecuencias imprevisibles de ésta (por ejemplo, el cambio climático) y un acentuado crecimiento en los precios de las materias primas energéticas. Hoy, además, no es como en 1929, pues en este caso la crisis va más allá de la lógica del sistema capitalista, ya que ahora además se están agotando los recursos. De esta situación, según Taibo, derivan dos horizontes : vamos a asistir a una «edad de oro» de los movimientos emancipadores, y al mismo tiempo reaparecerán las políticas totalitarias, amparadas por algunos centros de poder, que se plasmarán en una dominación manu militari centralizada para preservar los recursos que quedan para una minoría. Las tareas que nos quedan pendientes en este escenario serían reunir las demandas principales del movimiento obrero y las que se derivan de esta situación global tan delicada. En este sentido, sugirió a la CGT trabajar por la creación de un modelo de resistencia en provecho de la idea del decrecimiento económico, pues hemos superado los límites de recursos del planeta. Según el profesor de la UAM, «el crecimiento es uno de los mitos más establecidos de este sistema. Hay que recelar de su argumentario, pues no genera cohesión social, sino que genera un modo de vida esclavo», a través de la primacía radical de la publicidad, de la financiación engañosa para los que no tienen (lo que les endeuda sin remedio) y de la caducidad inducida de los bienes que se ofrecen. Frente a esto, «debemos proponer otro modelo distinto. Si no decrecemos con un proyecto racional y solidario, al final tendremos que hacerlo de manera salvaje».
Carlos Prieto coincidió en bastantes aspectos con los tres ponentes anteriores. Pero incidió en que, para él, el crecimiento hipertrófico del capital financiero está muy ligado a una dinámica histórica de procesos intensísimos de lucha de clases. Según Prieto, esta crisis está muy unida a una crisis del proceso de acumulación. La lucha contra este proceso ha ido cauterizándolo y limitando su efecto, y es por ello que se ha gozado de ciertos periodos de tranquilidad. Ahora, para Prieto, las respuestas deben pasar por una reconversión de las luchas (sindicales, económicas, sociales…), que deben ser definidas como una lucha política, pues si ha llegado esta crisis es porque el capitalismo no es capaz de gobernar a las clases. Para Carlos Prieto, la organización ideal de la respuesta debe partir de tres premisas. Debe ser una práctica postnacional, postidentitaria y postcolonial. En esta lucha, «la convergencia de los movimientos sociales y los sindicatos es necesaria». Para Prieto, debemos producir «colectivamente áreas de problematicidad amplias y con potencial para elaborar discursos eficaces». Y esto es necesario hacerlo a nivel europeo, pues el problema es global. La tarea fundamental aquí de la CGT, según el profesor de la Universidad Nómada, está en construir colectivamente nuevas estrategias de hegemonía que nos permitan construir el mejor discurso contra la crisis para aplicarlo en la práctica de las luchas.
Las ponencias dieron lugar a un animado debate, que hubo que cortar una vez rebasado con creces el tiempo de disponibilidad de la sala, continuando un buen rato en la puerta del edificio.
Al día siguiente, como hemos apuntado, la crisis fue desglosada en sus distintos aspectos en diversas mesas. Reproducir aquí los debates y ponencias sería extensísimo. Baste decir que fueron tan intensos y enriquecedores como la primera de las mesas, pero esta vez centrándose en aspectos más concretos. Enumeramos a continuación los temas tratados y sus ponentes :
«Crisis financiera. Del ’boom’ al ’bluff’, siempre pagamos las mismas», presentado por Antonio Pérez, Secretario General de CGT-PV, en la que intervinieron Francisco Ferrer (Colectivo Taifa), Javier Izquierdo (Fesibac CGT), Nacho Murgui (Presidente de la FRAVM) y Antonio Cruz (Plataforma en Defensa de los Servicios Públicos de Madrid).
«Crisis de derechos. La evidencia del fracaso del modelo social capitalista», presentada por Rafael Fenoy (Secretario General de la Federación de Enseñanza de CGT), intervinieron Rut López (Baladre), Luis Romón (Federación de Administración Pública de CGT) y Rebeca Moreno (Miembro de la Asamblea Contra el Plan Bolonia).
«Crisis laboral. La intensificación de la explotación en una economía globalizada», presentada por Bruno Valtueña (Secretario General de CGT Catalunya), intervinieron Gustavo Álvarez (Red Estatal por los Derechos de los Inmigrantes), Francisco Javier Palacios (Federación de Limpiezas y Mantenimiento de CGT), David Muñoz (Baladre) y Carlos Pereda (Colectivo IOÉ).
«Crisis de Respuestas. La necesidad de preparar la movilización», presentada por Irene de la Cuerda (Secretaria General de CGT Aragón y Rioja), intervinieron José Aranda (Federación de Transportes y Comunicaciones de CGT), Luis González (Ecologistas en Acción), Pablo Carmona (Seco/o.d.s. Madrid) y Manuel Collado (Miembro de la Asamblea de Movimientos Sociales de Madrid).
Éxito, pues, de estas interesantes Jornadas, que abren con sobresaliente la campaña de CGT contra la crisis, dando lugar a provechosos debates y reflexiones que nos serán de la máxima utilidad a la hora de identificar el problema, que es ya al menos la mitad del trabajo necesario para resolverlo. Salud a todos y a todas.
Fuente: Roberto Blanco. Fotos : Bonnie Rodríguez / Roberto Blanco.
