El Turismo de masas, tal y como lo conocemos ahora, es un fenómeno relativamente joven que empezó a extenderse a partir de los años 70-80, colonizando las clases medias hasta convertirse en unas de las principales actividades de ocio en todo el planeta. El crecimiento, cuasi exponencial, de la actividad turística en las últimas décadas ha hecho que la industria turística que le da soporte se haya convertido en una de las principales actividades económicas del mundo capitalista, cuyo máximo exponente es el Estado español. En nuestro estado, el turismo es ya el sector económico que más aporta al PIB, y el segundo que más empleo genera. Esta dependencia económica del turismo se acentúa aún más en los lugares turísticos por excelencia, como la costa Mediterránea y sobre todo las Islas Canarias y Baleares, donde el sector turístico supone ya más del 35% y 45% de sus respectivos PIB.
El gran éxito de la industria turística ha sido crear en el ideario popular una imagen idílica del turismo y convertirlo en un bien de consumo y de reconocimiento social al que todas aspiramos. Sin embargo, esta imagen no es sino un embozo que esconde una realidad bien diferente de precariedad laboral, destrucción medioambiental, exclusión social, colonización cultural y profundización de la brecha de género, desconocida en gran medida por los propios turistas. En esta publicación se pretende revelar la verdadera cara del turismo, desmontando los principales mitos sobre los que se sustenta el actual modelo turístico, analizando su impacto no solo a nivel económico y laboral, sino también a nivel social, medioambiental, cultural y de género. También se comparten reflexiones sobre si es posible un modelo alternativo de turismo que sea sostenible y revierta los impactos más perniciosos del actual modelo, así como qué buenas prácticas habría que impulsar en cualquier actividad turística.
La irrupción del COVID-19 ha puesto de manifiesto la debilidad de las economías tan dependientes del turismo, así como la insostenbilidad del actual modelo turístico, que además choca ya con los límites físicos del planeta. El gobierno pretende ahora reflotar de nuevo el sector turístico con un desembolso de dinero público sin precedentes, que tendremos que pagar entre todas, pero es el momento de hacer una reflexión colectiva y una movilización ciudadana que reoriente esos fondos hacia un cambio radical de modelo que evite la destrucción ambiental y ponga el turismo al servicio de las personas y no del capital.
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Presentación
Fuente: CGT, Coordinación Baladre y Ecologistas en Acción