El Gobierno de Lepe, con Juan Manuel González (PP) a la cabeza, ha creado un “cuerpo de funcionarios de vigilantes de asentamientos” que se dedica a hostigar a las personas que malviven en ellos
La Confederación General del Trabajo (CGT) ha manifestado su total repulsa a la creación de un cuerpo de vigilantes por parte del Ayuntamiento de Lepe (Huelva) que viene funcionando desde hace pocos días en la localidad, por entender que se trata de una medida que en absoluto soluciona la situación de estas personas y que además pone de manifiesto la verdadera intención de la derecha institucional, que no es otra que la expulsión de estos seres humanos de la localidad.
Según asociaciones vecinales de Lepe, que llevan muchos años dando apoyo y denunciando las lamentables condiciones en las que viven decenas de personas trabajadoras migrantes, este nuevo aparato represivo creado por el consistorio ha comenzado a funcionar a principios de septiembre. Varias personas, con camisetas identificativas han estado acudiendo a la zona del asentamiento del cementerio para intimidar y amenazar a las personas migrantes, y les han requerido que abandonen sus chabolas el próximo lunes, 12 de septiembre. Además, estos “vigilantes” no han aportado ningún tipo de documento (resolución judicial, orden municipal, etc.), que autorice o ponga fecha a demoliciones o desalojo de este asentamiento.
Estas chabolas, como han indicado las asociaciones vecinales, hacen de hogar para 45 personas de origen marroquí y subsahariano que se ganan la vida recolectando frutos rojos en la zona. Entre ellas hay 14 mujeres en situación de extrema vulnerabilidad. Desde el consistorio no se presta ningún tipo de servicio a estas viviendas desde hace más de 18 años ni tampoco, desde los servicios sociales municipales, se les ha ofrecido algún tipo de solución o alternativa habitacional o residencial en el pueblo.
CGT encuentra inadmisible la puesta en marcha de un “cuerpo de funcionarios” para vigilar a seres humanos cuyo “delito” es sobrevivir en unas condiciones límite y que nunca, en muchísimos años, han tenido una solución habitacional por parte del Gobierno de esta localidad onubense, ni por parte del Gobierno de la Junta de Andalucía. Estas personas, como afirman desde la organización rojinegra, son migrantes que se ganan la vida de forma muy precaria en el campo andaluz, atendiendo tareas muy mal pagadas y en un entorno donde se cometen muchos abusos por parte de la patronal agrícola, como ya han demostrado numerosos estudios y reportajes al respecto.
CGT realiza un llamamiento a toda la sociedad andaluza, especialmente al pueblo de Lepe, para que respalden a las asociaciones vecinales que están en estos momentos asistiendo y protegiendo la dignidad de este colectivo de personas migrantes. Del mismo modo, la organización anarcosindicalista ha recordado que las fronteras solo desdibujan la única realidad: nativa o extranjera es la misma clase obrera.