La CGT, como organización sindical, socialmente implicada, organiza y participa en la 23ª marcha para pedir el cierre de la central nuclear de Santa Maria de Garoña, el próximo día 29. Y que partirá a las 12 horas de Barcina del Barco.
ste año debió ser el año del sentido común, el año en el que millones de personas dejaran de tener bajo su cabeza “la espada de Damocles”: la central nuclear de Santa Maria de Garoña.
Este año los trabajadores de la central nuclear debieron dejar de ser los rehenes de Nuclenor (Iberdrola y ENDESA), y pasar a ser personas que además del derecho al trabajo, tengan el derecho a un futuro fuera de la demagogia y la amenaza.
ste año debió ser el año del sentido común, el año en el que millones de personas dejaran de tener bajo su cabeza “la espada de Damocles”: la central nuclear de Santa Maria de Garoña.
Este año los trabajadores de la central nuclear debieron dejar de ser los rehenes de Nuclenor (Iberdrola y ENDESA), y pasar a ser personas que además del derecho al trabajo, tengan el derecho a un futuro fuera de la demagogia y la amenaza.
Desgraciadamente, este año sigue siendo otro año mas: beneficios para los usureros y especuladores propietarios de esas multinacionales. Beneficios, que un sistema como el capitalista permite que pasen por encima de las personas y de su futuro. Un año mas la central nuclear de Garoña seguirá produciendo miedo y amenazas para los ciudadanos y sus trabajadores, y millones de euros,…, para sus propietarios.
Vergüenza para los políticos del PSOE, que ahora se rasgan las vestiduras, cuando pudiendo cerrar la central, lo dejaron para que los políticos del PP se lo apuntaran en su cuenta de despropósitos. Y siguiendo el guión previsto por aquellos que les dan de comer, el PP en el Gobierno, revoque el cierre previsto para este año por el PSOE, y pasando por encima del interés público, mantengan el beneficio a los propietarios de la planta.
Pues el interés público, nos dice que es su cierre lo que permitirá un mejor cumplimiento de los principios de la política energética, una mayor creación de empleo, una mayor seguridad en los ciudadanos y el medio ambiente y una menor dependencia de otros países por la menor importación de uranio, y recogida de los residuos.
Solo nos queda esperar que el propio sistema cierre la central: si los gastos derivados del acondicionamiento exigido por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) -cuyo coste podría superar los 100 millones de euros- y la posible implantación de una tasa para pagar parte del coste del almacenamiento de los residuos radiactivos, las eléctricas ya no verán viable esta planta: Nuclenor pasaría de un beneficio ordinario de 13,5 millones de euros a unas perdidas 31,5 millones.
En ese momento a los ciudadanos nos quedará dar un futuro a los trabajadores, desmantelar la central y guardar residuos para nuestros descendientes durante dos millones de años…
Fuente: CGT Burgos