Sin embargo, por más que se silencien las estadísticas, los datos confirman que somos el país europeo con mayor siniestralidad laboral : cerca de 1.400 muertos en accidente en 2006 y muchos miles más que no se contabilizan, víctimas de enfermedades profesionales. Estas cifras, con ligeras oscilaciones, se vienen manteniendo en tan elevados niveles desde hace años, incluso se ha incrementado la gravedad de los siniestros desde la entrada en vigor de las sucesivas reformas laborales que han precarizado las condiciones de trabajo de la mayoría de los asalariados españoles.
Según estudios bastante rigurosos, la posibilidad de sufrir accidentes en el trabajo es muy superior para los empleados temporales, los jóvenes y los trabajadores inmigrantes, ya que su precaria situación laboral y la eventualidad de sus empleos les impiden poder ejercer su derecho a exigir de las empresas el cumplimiento riguroso de las leyes de prevención de riesgos laborales (entrega de prendas de protección, cursos de formación, seguridad de las instalaciones, etc.)
Esos mismos informes aseguran que un trabajador de una ETT o con un contrato-basura tiene un riesgo tres veces mayor que uno con empleo estable y de calidad de sufrir un accidente en su puesto de trabajo o en itinere (en el trayecto de ida y vuelta al centro de trabajo, una hora antes y otra después de la jornada laboral).
Por último la CGT insiste en su llamamiento a los estamentos responsables de la salud y la seguridad en el trabajo para que intensifiquen las inspecciones y denuncias en las empresas y así evitar tener que actuar (como ahora) cuando los daños a los trabajadores y sus familias son ya irreparables. Asimismo exigimos de gobierno, patronales y de los sindicatos UGT y CC.OO. que deroguen esas reformas laborales (que incentivan el empleo precario y abaratan el despido) que tanto daño están infligiendo a la clase trabajadora de este país.
Fuente: Comité Confederal de CGT-PV