El Estado de México deja en libertad a José tras imputarle un delito que no cometió y pasar más de tres años en prisión.
Desde la Confederación General del Trabajo (CGT), a través de su Secretaría de Relaciones Internacionales, han celebrado la noticia de la libertad del compañero Díaz Gómez, defensor y activista perteneciente a la etnia los “choles”, habitantes de los Estados de Chiapas, Tabasco, Campeche y Guatemala, y pertenecientes a la cultura maya.
En un comunicado hecho público en las últimas horas, se especifica que la liberación del preso político ha tenido lugar este miércoles 7 de agosto, y gracias a la acción y a la presión que han venido ejerciendo pueblos, comunidades, organizaciones y personas de manera individual durante muchos meses. Además, han resaltado en este comunicado la importancia que ha tenido también la solidaridad y el apoyo a nivel internacional, que ha evidenciado el injusto sistema que mantiene a muchas zapatistas incomunicadas, presas y alejadas de sus comunidades y familias sin que sus vidas importen lo más mínimo ni al Estado ni a las clases dominantes y sus cómplices.
El preso zapatista José Díaz ha estado privado de libertad arbitrariamente, con base en unos hechos delictivos que fueron ideados para poder acusarle y justificar su detención y encarcelamiento. Durante estos años en prisión, ha estado en condiciones inhumanas debido a la situación de las cárceles del Estado donde miles de personas cumplen condenas en lugares incompatibles con la salud física y mental.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (FRAYBA) ha recalcado en su comunicado que “ser indígena y zapatista no es delito”, y ha agradecido todas las muestras de cariño, así como toda la ayuda directa o indirecta que se les ha ofrecido durante todos estos meses de lucha por la libertad de José Díaz. Esta organización también ha estado evidenciando la situación jurídica que tenía Díaz Gómez, así como las circunstancias que rodearon su detención, llena de contradicciones.
Desde CGT consideran que la lucha de las comunidades indígenas es una forma de resistencia ejemplar y digna, y cualquier acción que se lleve a cabo desde los gobiernos contraria a su libertad y autonomía entra dentro de las violaciones de los derechos humanos elementales de cualquier persona. Por todo ello, CGT continuará mostrando y dando su apoyo incondicional a todos los pueblos que continúan luchando por sus derechos, y recordando a todas aquellas personas que siguen privadas de libertad o que, en el peor de los casos, perdieron la vida por ello.
Secretaría de Relaciones Internacionales de la CGT