Ya está bien. Los trabajadores de la Universidad de Málaga, como el resto de ciudadanos de este país, no aceptamos un solo recorte más, ni una imposición que venga de la clase política, mientras los políticos y los banqueros no asuman sus responsabilidades en el robo masivo que han sometido a las arcas del Tesoro de este país. Ellos son los verdaderos causantes de la quiebra de la nación.
No aceptamos ni un solo recorte más, mientras los bancos no asuman su responsabilidad y hagan frente a todas las decisiones que inflaron la burbuja financiera e inmobiliaria. No tuvieron problema para embolsarse los beneficios multimillonarios que generó y ahora deberían asumir las pérdidas provocadas tras su estallido.
No aceptamos ni un solo recorte más, mientras los bancos no asuman su responsabilidad y hagan frente a todas las decisiones que inflaron la burbuja financiera e inmobiliaria. No tuvieron problema para embolsarse los beneficios multimillonarios que generó y ahora deberían asumir las pérdidas provocadas tras su estallido.
No aceptamos que el dinero de todos sirva para salvar a unos banqueros deshonestos que, para mayor mofa y escarnio, mantienen sueldos estratosféricos y condiciones de jubilación obscenas. No admitimos ni un solo desahucio más mientras se mantenga una normativa usurera en la concesión de hipotecas. Exigimos que el Tesoro público SÓLO responda en asegurar los ahorros (cuentas corrientes y libretas de ahorro) de las familias. El resto de productos tóxicos y/o especulativos deben ser reclamados, incluso por la vía legal, a los que los pusieron en circulación y a los que sacaron pingües beneficios durante años.
No aceptamos ni una medida de austeridad más mientras los que las deciden no tengan las mismas condiciones laborales y salariales que el resto de la población: no aceptamos ni las condiciones especiales de jubilación, ni los sueldos, ni las dietas de los políticos. Si representan al pueblo, que tengan las mismas condiciones de vida que el pueblo. Por supuesto tampoco aceptamos los puestos de asesores elegidos a dedo y con sueldos astronómicos en ayuntamientos, juntas de distrito, diputaciones, mancomunidades, parlamentos autonómicos o nacionales, universidades… Todos los puestos pagados con fondos públicos deben ser cubiertos por personas seleccionadas en procesos en los que se garantice la igualdad, el mérito y la capacidad y deben tener sueldos regulados estrictamente por ley. Como consideramos que todos somos importantes, pero nadie es imprescindible, no aceptamos el pluriempleo de los políticos que suman salarios públicos hasta límites escandalosos.
No aceptamos la reforma laboral que hasta el momento lo único que ha logrado es disparar el número de despidos y degradar las condiciones de trabajo hasta límites cercanos a la esclavitud. Denunciamos las graves consecuencias que puede tener para la convivencia la imposibilidad de defensa real de las condiciones de trabajo ante los tribunales de justicia. Exigimos, por el contrario, una reforma empresarial que persiga a algunos individuos que se hacen llamar de tal manera y que lo único que anhelan es el pelotazo fácil, el enriquecimiento rápido porque entendemos que con empresarios de este tipo (que no invierten, que degradan las condiciones de vida y de salario de sus trabajadores) el tejido productivo del país e incluso las posibilidades de consumo de lo básico están totalmente amenazadas.
No aceptamos clases de honradez de políticos que mienten para justificar actuaciones bochornosas. No aceptamos una reforma educativa que recupera la asignatura de Religión como medida para que no se adoctrine en las aulas y que renuncia a impartir en el ámbito escolar los valores que nos son comunes a quienes vivimos en un estado democrático y no confesional. No aceptamos la regresión en el modelo educativo, ni la chulería ni la falta de diálogo para imponer una norma que afecta a la educación de nuestros hijos ¿Se puede plantear un sistema educativo por alguien que ha demostrado que no tiene educación?
No aceptamos que se criminalice a la ciudadanía, ni que se trate de combatir el malestar a base de multas y sanciones administrativas, ni a que se impida la defensa real de los ciudadanos con tasas disuasorias que solo favorecen a los delincuentes de guante blanco.
No aceptamos el desmantelamiento de la Sanidad ni de la Educación Pública para utilizar los fondos que las harían viables en salvar el culo a los delincuentes que nos metieron en este berenjenal y mucho menos cuando esos mismos delincuentes son los que sacan tajada de la privatización de unos sectores que deben seguir siendo un derecho de todos los ciudadanos y no una oportunidad para que unos pocos sinvergüenzas hagan negocio.
Como no estamos de acuerdo con todo esto, no aceptaremos ninguna medida que suponga un retroceso en las condiciones de vida de los trabajadores y promoveremos todo tipo de acciones desde la no-violencia activa para denunciar, obstaculizar y evitar los intentos de seguir con el expolio de la riqueza común.
Hacemos un llamamiento a todos los responsables de las instituciones afectadas (equipos rectorales y decanales en las universidades, equipos directivos en colegios y centros sanitarios, alcaldes y concejales de pequeños municipios, directores y responsables de la inspección de Hacienda, de los cuerpos de seguridad del Estado…) a no colaborar con los que han planificado el robo de todos los ciudadanos, presentado si es preciso la dimisión de sus cargos. La dimisión, de producirse, debe ir acompañada de una explicación a la ciudadanía y una exigencia pública a los políticos para que antes de seguir con los recortes que afectan a la parte más débil de la sociedad persigan a los grandes defraudadores, encarcelen a los responsables de la crisis y elaboren leyes que declaren ilegales todas las ganancias ilícitas, sin fecha de prescripción de unos delitos que deben ser considerados como terrorismo financiero sobre el conjunto de la ciudadanía.
Si después de todas esas medidas es necesario hacer algún recorte no tendríamos problema en aceptarlo y asumirlo, pero recortarnos la vida para que cuatro sinvergüenzas sigan viviendo a todo tren a costa nuestra… no lo vamos a aceptar.
En estos momentos, es preciso retratarse… o colaboras con los asaltadores y te conviertes en CÓMPLICE o te sitúas con el pueblo y ayudas a que los culpables paguen por robarnos la vida. No hay espacios neutros. ¿Qué prefieres ser CÓMPLICE DEL EXPOLIO o DEFENSOR DE LA HUMANIDAD?
Fuente: UMA CGT