Con un sonoro fondo de españolismo futbolero, ¿alguien se enteró de que el pasado jueves 26 de junio de 2008, el Parlamento español ratificó el Tratado de Lisboa, por el que se modifican el Tratado de la Unión Europea y el Tratado Constitutivo de la Comunidad Europea, con 322 votos a favor, seis en contra y dos abstenciones ?

A falta de la ratificación por el Senado, el Reino de España es el estado número 20 que ha aprobado el Tratado de Lisboa, sustrayendo a su ciudadanía el derecho a informarse, debatir, apoyar u oponerse al mismo. No así fue el caso de Irlanda, que pasará a los anales de la historia reciente como el único país que se atrevió a decir No a la Europa de los ricos, pero su negativa de poco sirvió frente a la entrada en vigor – en enero de 2009 – del nuevo Tratado antidemocrático, neoliberal y netamente capitalista.

Esta ratificación por el Parlamento español, sin presión en la calle, sin oposición mediática, sin publicidad, sin debate público, y con la selección española de fútbol triunfando en la Eurocopa, es el estilo que nos promete la nueva Unión Europea : entretenimiento y cotilleo fashion para todos y todas, mientras la clase política – muy profesional, experta y entendida – decide en silencio por los demás. Que demasíado preocupados/as andamos con lo del euribor por las nubes, los despidos, la subida imparable de precios, el paro, y llenar el depósito del coche para ir al curro. “Dejémosles que disfruten de la vida, que ya estamos los/as políticos/as para pensar por ellos en las cosas importantes, que son para el bien de todos….. nosotros”, es decir : los poderosos, los que invierten y especulan en bolsa, los que reestructuran y deslocalizan empresas, los que arman los ejércitos, los que ganan fortunas con las infraestructuras, la construcción y las viviendas, lo que carceleros y cazadores de inmigrantes sin papeñes….

Tenemos un problema, y el problema se llama UE : un proyecto político del capitalismo globalizado y esclavizador de países, pueblos, trabajadores/as e inmigrantes.

CGT reitera su compromiso en la denuncia y en la lucha contra la UE, y nos seguimos preguntando “UE, ¿para qué ?, ¿para quién ?”. Y las respuestas son desgraciadamente tozudas : para crear una superpotencia militarizada y antidemocrática y para los ricos de la política, el comercio, la industria y las finanzas.

¿Seremos capaces de hacerlo frente ?


Fuente: Secretaría de Acción Social – Comité Confederal CGT