A las pocas horas del asesinato un sospechoso fue detenido. Se le identificó como un agente de policía adscrito a la Brigada de Seguridad Ciudadana. Al cabo de siete días fue puesto en libertad utilizando como pretexto la falta de pruebas concluyentes.
Desde entonces la familia y los amigos y las amigas de Pedro no hemos dejado de reclamar que se investiguen los hechos, que se haga justicia y que, en definitiva, se apliquen las leyes democráticas que debieran defender a la ciudadanía frente a las violaciones de los derechos humanos elementales.
Sin embargo, después de casi 19 años de requerir a los ámbitos administrativo, político y judicial que impulsen la administración de la justicia, éstos no han sabido (o no han querido) hacer frente, en virtud de la aplicación de todas las garantías legales, a la resolución del asesinato de Pedro Álvarez.
De momento, el crimen ha quedado impune y el asesino de Pedro Álvarez campa a sus anchas, en libertad, y con la única preocupación de que el tiempo borre todo rastro de su responsabilidad, hasta que el delito prescriba legalmente.
Frente a esta indefensión, junto a la angustia, la desesperación y la rabia, coexisten en la familia y en los amigos y las amigas de Pedro la exigencia de justicia y la lucha para que se condene al culpable.
Por si esta situación no fuese suficientemente espantosa, el policía, y el entorno que lo respalda, han creado una falsa trama apoyándose en argucias legalistas e intentando invertir la situación girando los hechos contra las víctimas. Es decir, tratando de convertir a las víctimas en victimarios ; a los inocentes en culpables y a los culpables en inocentes.
Juanjo Álvarez, el padre de Pedro, ha tenido que ir haciendo frente a toda una serie de denuncias y de acusaciones muy graves que ha interpuesto contra él, nada más y nada menos, que el presunto verdugo de su hijo. Tras ser éstas aceptadas a trámite en los juzgados, Juanjo ha sido imputado con varios cargos por delitos de amenazas, delitos de injurias y delitos de obstrucción a la justicia
Unido al dolor insuperable que causa la pérdida de un hijo, más aún cuando se produce en unas circunstancias tan aterradoras, el padre y la madre de Pedro Álvarez han tenido que soportar la inacción de la justicia.
Queremos manifestar nuestro más profundo rechazo a la arbitrariedad, a la parcialidad, a los abusos de poder, a los tratamientos privilegiados, a las inhibiciones, a las renuncias y, en definitiva, a la falta de investigación y de justicia. Reclamamos una justicia igualitaria, que trate a todas y a todos con el mismo rasero, y en consecuencia, denunciamos un sistema que apoya la impunidad aplicando criterios de justicia selectivos y estableciendo categorías excluyentes : la categoría de los que son vulnerables a la ley y la categoría de los que son inmunes a ella.
¡No a la impunidad !
¡Exigimos el esclarecimiento del asesinato de Pedro Álvarez !
¡Apoyo y solidaridad !
Plataforma Pedro Álvarez