Desde septiembre de 2011, el pueblo de Ait Bouayach, junto con las poblaciones de alrededor (Imzouren, Boukidan, Ajdir, Alhucemas…) en la región del Rif (norte de Marruecos) viene expresando en la calle su rebeldía. Las fuertes luchas contra el paro de la ANDCM (Asociación Nacional de Diploma@s en Paro), las movilizaciones del Movimiento 20 F contra la corrupción del ayuntamiento, el boicot total del pueblo a pagar los recibos de la luz, están siendo la expresión de esta rebeldía.
A primeros de marzo de 2012, la detención de un compañero provocó fuertes movilizaciones que recibieron como respuesta la represión más brutal.
Durante varias semanas, la zona fue ocupada militarmente. Los pueblos fueron rodeados como si de una ocupación militar se tratara, se instauró el toque de queda, todo tipo de recursos represivos fueron utilizados: gases lacrimógenos de un tipo especialmente dañino para la población, balas de goma, porras, helicópteros…
A primeros de marzo de 2012, la detención de un compañero provocó fuertes movilizaciones que recibieron como respuesta la represión más brutal.
Durante varias semanas, la zona fue ocupada militarmente. Los pueblos fueron rodeados como si de una ocupación militar se tratara, se instauró el toque de queda, todo tipo de recursos represivos fueron utilizados: gases lacrimógenos de un tipo especialmente dañino para la población, balas de goma, porras, helicópteros…
La actuación policial no se limitó al aspecto represivo. Las fuerzas de “orden público” robaron, saquearon y destruyeron tiendas, comercios, cafeterías, restaurantes. Entraron en casas deteniendo sin ninguna orden judicial, insultando a la gente (.”bastardos de españoles”). Acosaron y robaron incluso a campesinos que bajaban de la montaña, imponiendo un estado de terror en la zona.
Pero, en la realidad del reino de Marruecos, las víctimas se convierten en agresores, y los policías agresores en víctimas. El miércoles 25 de abril el tribunal de Alhucemas condenó a Mohamed Jelloul a 6 años de cárcel, a Abdellah Afallah a 5 años, y a Abdeljalil Bousokout , Abdelmajid Bousokout , Ahmed El Moussaoui y Abdeladim Ben choaib a 4 años de prisión más 2 millones de dirham por cada uno de indemnización para la Oficina nacional de electricidad (ONE). Las acusaciones han sido “perturbación de la circulación en la vía pública, ataque y humillación a las fuerzas del orden en ejercicio de sus funciones, deterioro de bienes ajenos y agrupamiento armado en la vía pública”.
En el juicio de apelación, la condena se ha reducido un año por persona, quedando en 21 años de cárcel para los 6 compañeros. También el tribunal se ha declarado incompetente sobre las indemnizaciones a la ONE, quedando pendiente de otro juicio.
La realidad es que Mohamed Jelloul, maestro y miembro de Espacio Sindical Democrático, y sus compañeros han sido encarcelados a duras penas de prisión por ser impulsores del Movimiento 20 de F en Ait Bouayach. Su único delito ha sido defender las reivindicaciones sociales, económicas y políticas de su pueblo.
Pero la represión no se ha detenido ahí. Otro grupo de 14 detenidos de Ait Bouayach ha sido condenado a penas entre 10 y 3 meses de prisión, encontrándose presos 9 de ellos. Otro compañero fue condenado en otro juicio a 6 meses de cárcel y otros 4 compañeros de Ait Bouayach, entre ellos Halim El Bakali, presidente de la sección local de la ANDCM, están a la espera de juicio. Otros 8 compañeros de Imzouren han sido condenados a penas de entre 8 meses y uno de prisión, encontrándose presos 6 de ellos.
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Fuente: Secretaría de Relaciones Internacionales CGT
