Ante los últimos acontecimientos ocurridos en Oriente Medio, la Secretaría de Relaciones Internacionales de CGT quiere manifestar algunos puntos sobre el momento actual.
-Denunciamos la pasividad de la “comunidad internacional” ante los gravísimos crímenes que se están produciendo contra la población civil palestina en Gaza y Cisjordania desde el pasado 8 de octubre. Es una vergüenza para el derecho internacional que no se haya sancionado a Israel por el genocidio atroz que está cometiendo ante los ojos del mundo.
-Esa pasividad ha sido la coraza sobre la que el gobierno del ultraderechista Benjamin Netanyahu ha construido una política de amenazas y ataques a terceros países como Líbano, Siria e Irán. En ese sentido, el conflicto con la República Islámica de Irán es un señuelo estratégico para desviar la atención de sus crímenes.
-Esa estrategia de la tensión está sustentada en el apoyo económico y militar de Estados Unidos y otros países, que están legitimando una política racista de exterminio similar a los peores crímenes contra la humanidad que se cometieron durante el pasado siglo XX. En ese sentido, el gobierno del Estado español debe detener el comercio de armas desde nuestro país. No hacerlo y hablar del reconocimiento del Estado palestino es un ejercicio de hipocresía.
-Manifestamos una vez más nuestra solidaridad con los sindicatos palestinos, con el conjunto de sus ciudadanos. También con las millones de personas que se manifiestan en los cinco continentes por un alto el fuego inmediato y la libertad del pueblo palestino. Animamos, una vez más, al conjunto de la clase trabajadora del Estado español para que haga visible su solidaridad con el pueblo palestino en todos los centros de trabajo.
-Mostramos nuestro apoyo firme y solidario al llamado “campo de la paz israelí”, a toda esa ciudanía que también denuncia la ocupación y el apartheid. Estamos con ellas porque sabemos la dificultad de protestar en un contexto de opresión política y mediática donde el racismo es norma. También nos mostramos solidarias y solidarios con las personas que declaran su objeción de conciencia al ejército asesino de Israel.
-Apoyamos firmemente la campaña por el Boicot, la Desinversión y las Sanciones (BDS) contra Israel. Solo un movimiento global para derribar el apartheid moverá de su posición tanto al gobierno israelí como al conjunto de sus apoyos estratégicos, tal y como ocurrió en Sudáfrica.
-Ningún movimiento social que se diga de izquierdas y anticapitalista, sea del Estado español o del resto del mundo, puede defender lo que está haciendo el gobierno israelí. Absolutamente nada justifica los crímenes contra la humanidad y la limpieza étnica que se está cometiendo a diario. Denunciar esto no es “antisemitismo”, muy al contrario defender la política de Netanyahu es lo más parecido a los peores momentos de la historia, incluido las políticas de exterminio contra el pueblo judío.
-Por último hacemos un llamamiento a la ciudadanía y muy especialmente a la clase obrera para que participe en las manifestaciones y convocatorias de los próximos días en solidaridad con el pueblo palestino, por el fin del comercio de armas y contra el genocidio.